El COVID19 ha trastocado la vida de todos nosotros. También, por supuesto, de las personas con discapacidad intelectual y sus familias. Ellos han visto alteradas sus rutinas y su forma de vida, como todos los demás. Sin embargo, las personas con discapacidad intelectual son especialmente sensibles a los cambios y más en una situación tan excepcional como la actual.
Para Valentia Social, el apoyo grupal sigue siendo fundamental en esta situación excepcional para sobrellevar las posibles dificultades que las familias pueden encontrarse a diario; por este motivo, desde hace unos meses trabaja en diferentes programas que prestan un apoyo psicológico grupal.
José íngel Sierra y Asun Mendoza, psicólogos de Valentia, comparten algunas pautas para sobrellevar el confinamiento de la mejor manera posible.
Las familias se han convertido durante el confinamiento en un pilar todavía más importante en el apoyo a las personas con discapacidad intelectual. Por eso un apoyo cercano y una serie de pautas, ayudan a que juntos, se garantice la mejor atención.
«œDesde Valentia estamos creando un servicio de apoyo basado en la nueva situación. Parte de la planificación centrada en la persona con discapacidad intelectual pero va más allá: hacia la panificación centrada en la familia», explica José íngel Sierra, psicólogo de la entidad.
«œLa situación que estamos viviendo es un desafío para todos. Por eso gran parte de las pautas a seguir son comunes a las personas con y sin discapacidad intelectual», explica Asun Mendoza. Además, como indica José íngel, «œes un momento de muchísima tensión puesto que la pandemia ha podido generar preocupaciones añadidas como en cualquier familia: fallecimientos, ingresos, ERTES…».
Una situación que dependerá de cada caso y cada familia, pero que con algunas pautas comunes, puede ser más fácil de gestionar:
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Apoyo por parte de un profesional de referencia
Contar con el apoyo de los profesionales que habitualmente trabajan con personas con discapacidad es el primer paso. Pero igual de importante es que ese profesional sea alguien de referencia tanto para la familia como para la persona con discapacidad intelectual.
«œLa relación previa se torna fundamental para este tipo de intervención de apoyo. Una vez detectada la necesidad el profesional trabaja de manera multidisciplinar para darle salida», explica José íngel.
«œDisminuir la sensación de soledad haciéndoles saber y notar que nuestra entidad sigue a lado apoyando a la familia como parte de su red de apoyo es uno de nuestros objetivos», asegura.
A veces, además, puede ser necesario contar con un asesoramiento más centrado en problemas de conducta por un psicólogo especialista. El profesional podrá detectarlo y recomendar los pasos a seguir.
2. Fomentar la relación con otras familias con personas con discapacidad intelectual
Las videollamadas se han convertido en el centro de las relaciones sociales en este tiempo. Además de las que realizan los profesionales, puede ser recomendable mantener encuentros virtuales con otras personas con las que habitualmente se comparte el día a día en los centros ocupacionales o en las diferentes actividades.
Un contacto que puede ser de ayuda también para las propias familias. Compartir las dudas y los aprendizajes con otras personas en la misma situación es una ayuda de muchísimo valor.
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Crear una rutina de horarios y actividades
Un horario de rutinas creado por el responsable de actividades en colaboración con la familia es fundamental es pero elegidas siempre de acuerdo con la persona con discapacidad intelectual que, igual que todos, necesita llenar su vida de momentos a poder ser gozosos.
Como explica José íngel, «œse intenta cambiar la mirada de la situación para poder retomar una relación en el seno de la familia basada en las fortalezas de la persona con discapacidad intelectual». Una participación más activa que puede suponer un punto a favor para estrechar y mejorar la relación entre todos los miembros de la familia.
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Mantener la actividad física
En casa o, a partir de este próximo fin de semana, también en la calle. Donde sea, pero realizar ejercicio físico es fundamental durante el confinamiento. Contribuye a mantener un buen tono corporal además de favorecer el equilibrio mental. Desde todos los centros Valentia se han propuesto durante este tiempo diversos retos deportivos que nos ayudan a mantenernos en forma ¡y a pasar un rato divertido!
En los casos en los que los problemas de conducta se acentúan, los paseos terapéuticos pueden suponer una gran vía de desahogo para todos.
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Cuidar nuestra salud mental
Es del todo recomendable evitar una excesiva sobreexposición a la información sobre la pandemia del COVID19. Un exceso de información puede provocar cuadros de ansiedad que se manifiestan en pequeños dolores en el pecho o sensación de ahogo.
Cuando aparecen estos síntomas, Asun Mendoza recomienda realizar una serie de ejercicios de relajación y control de la respiración. En algunas ocasiones, estas actividades pueden estar dirigidas por los profesionales a través de videollamada.
En estos casos, es importante recordar que son reacciones normales y habituales. Compartir con ellos que estas sensaciones las tenemos todos, ayuda a empatizar y relativizar. Es de gran ayuda para todos, evitar focalizar el problema en la pregunta «œ¿Qué me pasa?» y tratar de interiorizar que esto pasará y, quizá, hasta logremos descubrir algún aspecto positivo.