Una nueva Residencia, un proyecto de vida independiente y una enorme tranquilidad para las familias. Ayer Valentia y todas las personas que quisieron acompañarnos vivimos una jornada especialmente emotiva. Porque la nueva Residencia Comarcal Bajo Cinca que inauguró la Consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto, acompañada del presidente de Valentia, Lorenzo Torrente y el alcalde de Fraga, Miguel Luis Lapeña es ya una realidad que ofrece la posibilidad de una vida independiente a personas con discapacidad y en la que actualmente ya viven 6 usuarios de Valentia.
Durante la inauguración, la Consejera se mostró «œemocionada» por ver hecha realidad un nuevo servicio de «œenorme importancia para garantizar la igualdad de derechos de todas las personas, independientemente de sus circunstancias». En este sentido, María Victoria Broto ha reconocido «œel trabajo de las entidades sociales» y, en especial, la «œlealtad, tenacidad y confianza mutua con la que trabajamos con Valentia». Además, ha destacado el valor de un servicio como la nueva Residencia que permite «œgarantizar la autonomía e independencia de las personas discapacitadas y además hacerlo en un entorno próximo a sus familias».
El presidente de Valentia, Lorenzo Torrente, explicó que la Residencia Comarcal Bajo Cinca sigue «œlas nuevas líneas de trabajo en el tercer sector y que pasan por ofrecer una vivienda independiente a las personas discapacitadas; que permita ir de su mano pero que sean ellos los que dirijan su vida y sus decisiones» e insistió que «œson personas capaces de muchísimas más cosas de las que a veces pensamos».
La nueva Residencia completa la oferta asistencial de Valentia en la provincia y amplía los servicios de la entidad en Fraga, donde cuenta con un Centro Ocupacional que ofrece oportunidades de empleo y desarrollo a 35 personas con discapacidad intelectual. En este sentido, Lorenzo Torrente recordó que Valentia «œvino a Fraga a petición de unos padres hace 15 años y en este tiempo hemos conseguido tener 35 usuarios en un Centro Ocupacional que es además referente en autogestión y, desde ahora, garantizar algo tan normal como que tengan derecho a la residencia, a una vida independiente.»
En este sentido, destacó la colaboración con las instituciones- la Residencia se ubica en las antiguas viviendas de los comuneros y han sido cedidas por el Gobierno de Aragón- que han visto que era «œun proyecto útil, válido y necesario».
Igualmente, ha agradecido su colaboración al Ayuntamiento de Fraga ya que «œha dado todas las facilidades para que esto se pueda hacer realidad». Una realidad, además, que «œofrece una enorme tranquilidad a las familias, al ver que sus hijos pueden desarrollar su vida independiente y en el entorno que conocen y quieren», señaló.
La ejecución de obra y posterior equipamiento de la nueva Residencia Comarcal Bajo Cinca, ha sido subvencionada con 396.904,82 € (87,86 %), a través de distintas convocatorias públicas y privadas, gracias al Gobierno de Aragón (Hacienda y administración pública), a la Diputación Provincial de Huesca, la Obra Social Ibercaja, la Fundación ONCE, el Gobierno de España (a través de la convocatoria 0,7% del IRPF), la Comarca del Bajo Cinca y el Ayuntamiento de Fraga. Un servicio que ha supuesto, además, la creación de 4 puestos de trabajo, ya que en la vivienda siempre hay una persona de apoyo a los usuarios.
Los 6 pioneros de Fraga: comienza una vida independiente
Seis son las personas que desde hace unas semanas viven en la Residencia Comarcal Bajo Cinca de Valentia y que, en la inauguración de la que ya es su casa, quisieron compartir sus primeras impresiones de este proyecto de vida independiente con las autoridades y todos los invitados. Carlos Ezequiel, en nombre de todos ellos, leyó estas palabras que queremos compartir con todos vosotros. ¡Enhorabuena a los 6!
Desde que estoy en la residencia…
Enero de 2018 ha sido el comienzo de una nueva vida para seis personas: Pablo, Reyes, Manel, Eduardo, Juan Carlos y Carlos, un servidor. Todos estábamos muy ilusionados a la vez que nerviosos por este gran cambio; al principio algo desconcertados, pero también emocionados, asustados e intrigados, pero con muchas ganas de empezar»¦ vamos, un montón de sentimientos contrariados.
Desde que estoy en las viviendas hago cosas que nunca había hecho; nunca me las habían enseñado o siempre lo hacían todo por mí»¦ tareas de la casa como quitar el polvo, preparar la mesa, hacer la comida, limpiar los baños y las habitaciones, hasta realizar una compra ( aunque necesite un poquito de ayuda).
Lo que más me gusta de todo»¦ es que los fines de semana podemos disfrutar de nuestro tiempo libre a nuestra manera, haciendo cosas que nos gustan y que decidimos nosotros»¦ como ir a tomar algo, pasear, ver una película en el cine, ir a cenar a una pizzería o al McDonald»™s, visitar alguna exposición, o descansar en nuestro estupendo sofá, viendo la tele con unas palomitas y en la mejor compañía.
Me lo paso muy bien con mis compañeros/as, riéndome mucho y escuchando sus conversaciones, aunque también es verdad»¦ que como en toda casa también tenemos nuestras cosillas»¦ pero no os las vamos a contar»¦
Me encanta estar en la mesa comiendo todos juntos y también poder ver un partido de fútbol o programa de la tele en compañía.
Desde que estoy en los pisos me ha cambiado la vida»¦ ¡a mejor!, puedo hacer cosas que jamás hubiera pensado que pudiera hacerlas: solo a con algún apoyo. Utilizo el transporte urbano de forma autónoma; en casa nos organizamos las tareas de limpieza y la verdad es que las hago muy bien»¦ esto me hace sentir más independiente. Si necesito ayuda puedo pedirla.
Cuando me dijeron que tenía una plaza en las viviendas, por una parte me puse muy contento porque iba a vivir una nueva experiencia (iba a vivir con gente que ya conocía desde hace mucho tiempo, en una casa muy bonita y toda nueva, con ayuda de un monitor), pero por otra parte estaba triste porque dejaba mi propia casa. Ahora me encanta tener mi habitación, mi espacio, donde puedo tener mis cosas, mi intimidad. Las personas de apoyo nos ayudan en todo lo que necesitamos.
Desde que estoy en las viviendas me siento bien»¦ y puedo hacer muchas tareas: pongo la lavadora, preparo los bocadillos para el desayuno, quito el polvo, fregó el suelo y cada día hago mejor la cama..; también pongo el mantel en la mesa, los cubiertos y hasta sé cómo funciona el lavavajillas.
Lo más importante es que cuentan conmigo para todo. Cada tarde nos reunimos y hablamos sobre temas relacionados con la casa: solucionamos conflictos que van surgiendo, realizamos la lista de la compra, llevamos al día nuestros ingresos de dinero y gastos, planificamos las actividades para el finde o las vacaciones.
Poco a poco nos sentimos más en nuestra casa. Tenemos un trato amigable con nuestras personas de apoyo, que nos escuchan, nos atienden, nos explican cómo hacer las cosas, nos hacen compañía o nos dan ánimo cuando estamos más tristones»¦ y lo mejor es que podemos ir a casa con los nuestros cuando queremos.
Tenemos bastante flexibilidad en cuanto a los horarios. Hay personas que siguen yendo los viernes por la noche a tocar con la Batukada; continúan con sus clases de informática y lectura; quedan a tomar café con sus familiares en salir del trabajo, como lo hacía antes, pasar los fines de semana en casa con la familia, recibimos visitas de nuestros seres queridos durante la semana»¦ es decir podemos seguir con una vida muy parecida a la que llevábamos antes.
En resumen está siendo una experiencia muy positiva para todos.
Esperamos que gracias a este nuevo proyecto de viviendas tuteladas podamos crecer como personas y que todos vosotros podáis verlo.
desde que estoy en las viviendas aprendo muchas cosas que antes no sabia hacer como: hacer la cama, poner la lavadora, entre otras cosas,