Nos divorciamos ¿Cómo afecta a mi hijo con discapacidad?
Afrontar un divorcio no se presenta como una situación agradable ni fácil de llevar y menos aún si tenemos un hijo con discapacidad. Hay que tener en cuenta un factor muy importante para que la nueva situación no afecte de manera negativa a nuestro hijo: no olvidar nunca que la prioridad es mantener su bienestar emocional. Evitar a toda cosa,hacerles sentir culpables.
Desde el Colegio Profesional de Psicología de Aragón explican que «œlos hijos que sufren alguna discapacidad son espectadores pasivos de la ruptura y, muchas veces, las victimas inocentes de los errores que se cometen a lo largo del proceso de separación».
¿Cómo se lo contamos?
Es la primera duda a la que nos enfrentamos. Los expertos recomiendan que se haga de forma conjunta: «œcon todos los miembros de la familia juntos y por supuesto, que estén ambos cónyuges para que sea una comunicación lo menos traumática posible».
Las personas con discapacidad se enfrentan a retos importantes en este tipo de situaciones porque, en muchos casos, no son capaces de hacer preguntas o expresar lo que están sintiendo. «œLa sensación de incertidumbre ante el cambio puede durar meses cuando tratamos a personas con discapacidad porque pueden pesar que esta separación o divorcio es una pérdida constante» explican los expertos en psicología.
Una de las situaciones que pueden aparecer durante este proceso y, sobre todo, los primeros días y semanas, es que las personas con discapacidad aumenten su nivel de estrés o presenten cambios de conducta. Se pueden dar situaciones como alteraciones del sueño, trastorno durante las comidas o bajo rendimiento en las actividades.
Cambio de conducta
Ante un divorcio, aflorarán sentimientos y reacciones que hay que identificar para poder trabajar sobre ellas. No se trata de conductas exclusivas en personas con discapacidad, sino que se presentan en la mayoría de las personas (niños o adultos) cuya situación familiar cambia de esta manera. Estas pueden ser las más frecuentes:
- Confusión, ansiedad y miedo. Si se trata de personas con grandes necesidades de apoyo o problemas de comunicación, es imprescindible que el trabajo de terapia se haga en los mismos entornos, centros y con los mismos profesionales de siempre. Es la forma de que se sientan más seguros y no añadir más cambios innecesarios.
- Aumento de la agresividad. El enojo proviene de sentimientos de pérdida y rechazo y suelen aflorar situaciones de ira extrema o rabietas de mal genio. Estas situaciones que antes podían ser pasajeras, ahora se deben vigilar para que no se conviertan en una conducta habitual.
- Sentimiento de culpa. A veces, los hijos se imaginan que son culpables de que sus padres no sigan juntos. En el caso de personas con discapacidad , podrían pensar que su discapacidad es la culpable de la ruptura.
- Tristeza, soledad. Estos sentimientos suelen estar relacionados con el nivel de confusión que se genera tras la comunicación de la nueva situación en la familia.
Factores que facilitan la adaptación
Existen criterios que se deben tener en cuenta para que los hijos (tengan o no una discapacidad) se puedan adaptar con los menores traumas posibles a la nueva situación.
. Evitar las discusiones en presencia de los hijos
. Informarles sobre lo que está ocurriendo en cada momento.
. No hablar mal de la expareja porque esa persona es su padre o madre
. Mantener la comunicación para responder igual ante las necesidades de los hijos
. Intentar mantener la rutina
. Evitar las conductas sobreprotectoras
Por otra parte, las familias pueden necesitar apoyo en el instante en que toman la decisión de romper su relación de pareja. En nuestro Servicio de Familias podemos ayudarte a encontrar los profesionales más adecuados para asesorarte en cada momento.
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En otras entradas, hablaremos sobre cómo se regula la tutela legal en hijos mayores de edad con discapacidad. También, aspectos legales como la custodia compartida o la concesión de pensión alimenticia, tras una separación.
