Centro Ignacio Claver- Martillué : un sueño cumplido

Era octubre de 1988. Y mientras en Seúl se clausuraba la XXIV edición de los Juegos Olí­mpicos y Pedro Almodóvar ganaba su primer Goya con «œMujeres al borde de un ataque de nervios, los nervios estaban también a flor de piel en ese maravilloso rincón del Pirineo aragonés que es Martillué. Hace ahora 30 años, un 17 de octubre, abrí­a sus puertas el centro ocupacional Ignacio Claver. 30 años repletos de historias personales, de retos conquistados y de proyectos compartidos.
Martillué es uno de esos lugares donde se respira paz. Un espacio ideal para albergar un proyecto social que supuso mucho más que una solución de vida para sus residentes. El Centro Ignacio Claver nació fruto del esfuerzo personal y el empeño que, durante casi dos décadas, protagonizaron nombres propios como Fernando Val y Pascual Biec. Y con la esfuerzo también de numerosas familias de la zona, la Junta de Valentia y el entonces presidente, Ramón Torrente. El propósito era claro: dar respuesta a las personas con discapacidad intelectual dentro de su entorno. Un proyecto audaz que después se convirtió en pionero. Nació del respeto a la necesidad de autonomí­a y a los deseos individuales de las personas con discapacidad.

La historia de un sueño

La historia de Martillúe va unida a la de tres nombres propios: Jesús Biec, Javier Puértolas y Roberto Jáimez. Ellos fueron los primeros usuarios del centro que llegaron en noviembre de 1988 y aún permanecen allí­. Junto con Eva Nogués, directora del Ignacio Claver-Martillué, son los que mejor conocen cada rincón. «œEl principio fue muy duro, habí­a pocos usuarios», recuerda con cierta nostalgia Eva Nogués. «œPero, poco a poco, con visitas a los ayuntamientos del entorno, reuniones con las trabajadoras sociales de las comarcas, los párrocos y vecinos, se consiguió que se sumaran nuevos usuarios», rememora. En aquél momento, Martillué acogí­a un centro ocupacional que contaba con un aula taller multiusos, cocina, comedor y despensa. Era el germen de algo mucho más grande que hoy, tres décadas después, no para de crecer.
Los usuarios y sus familias encontraron pronto en el Centro Ignacio Claver una respuesta a sus necesidades y la demanda de servicios fue aumentando. Así­, Martillué comenzó a ofrecer un Centro de Dí­a que en aquel momento contaba ya con unos diez usuarios. Y en 1991, solo dos años después de aquella tí­mida apertura, Valentia amplió sus instalaciones en Martillué con la puesta en marcha de una residencia. Se completaba así­ la mayor oferta de servicios para personas con discapacidad intelectual en el Alto Aragón.
Pero ese tesón que hizo posible el Centro Ignacio Claver continúa marcando su particular historia. Así­, es fácil entender que en este tiempo, Martillué haya ido ampliando su oferta formativa, ocupacional y de ocio con un centro vacacional que sigue en crecimiento. Cuenta ya con una granja donde los propios usuarios se encargan del cuidado de los animales, un huerto ecológico, un jardí­n de plantas aromáticas y ¡hasta una pista de educación vial! Hoy, el centro vacacional de Valentia que abrió sus puertas hace ocho años, se ha consolidado como un gran espacio de ocio adaptado en pleno Pirineo oscense. «œUn lugar para aprender, convivir y disfrutar», destacan, donde reconocen además la enorme ventaja que representa la convivencia de los residentes en el centro y las personas que lo visitan durante las vacaciones.
Se han consolidado proyectos que «œnos hacen muy felices» aseguran desde la dirección, como el acogimiento durante el verano de niños saharauis con discapacidad intelectual y fí­sica. Viven en campos de refugiados y, desde hace 5 años, pasan varias semanas disfrutando y aprendiendo en el centro Ignacio Claver.

Un centro con mucho futuro

Es importante la apuesta que el centro ha hecho por la empleabilidad de personas con discapacidad intelectual. Este mismo año, Martillué ha celebrado la primera edición de la nueva escuela taller de agricultura ecológica, Germina que cuenta con un espectacular invernadero para poder realizar las sesiones prácticas. Ha abierto las puertas al Centro Especial de Empleo de la mano de Brotalia y su nuevo servicio de jardinerí­a en la zona de Jaca y Sabiñánigo y que ya da empleo a cuatro personas, tres de ellas con discapacidad intelectual o del desarrollo.
Y en este 2018, que celebrará el 30 aniversario del centro, Martillué ha mostrado su carácter más europeo gracias a su participación en el proyecto Jacob@cess con el que entra a formar parte de una red europea de centros de interpretación del Camino de Santiago, adaptados y accesibles para que las personas con discapacidad puedan conocer el patrimonio de la zona. Así­, el centro presentará el próximo mes de octubre un albergue de peregrinos adaptado para 12 personas con discapacidad que podrán vivir la experiencia del Camino de Santiago a su paso por el valle del Pirineo aragonés, con todas las comodidades y servicios adaptados.
Para Eva Nogués es difí­cil escoger un momento de estos 30 años, así­ que se queda con la parte más humana y quizá la más importante: «œla implicación, respaldo, confianza y cariño de las familias de los usuarios». Cada actividad, cada excursión, cada nuevo aprendizaje juntos, las primeras veces sobre los esquí­s, cada fiesta de disfraces»¦ Cada momento durante estos 30 años ha dejado una honda huella en esa gran familia que es el Centro Ignacio Claver de Valentia.
Orgullosos de cada paso y conscientes de que el esfuerzo ha merecido la pena, el centro guarda en sus vitrinas decenas de premios y reconocimientos recibidos en estos años. Recuerdan con especial cariño el Premio Jaqués del año en 1999 o el Jacetanos del año en el 2004.
Y en la memoria, uno de los grandes momentos vividos por los usuarios del Ignacio Claver: la elección como pregoneros de las fiestas de Santa Orosia y San Pedro de Jaca este pasado mes de junio. Peñistas, vecinos y turistas compartieron un pregón cargado de emociones, música y sonrisas.
Cuando lo recuerda, Eva Nogués es incapaz de disimular su alegrí­a y su agradecimiento a todas las instituciones y los vecinos de Jaca por «œsu reconocimiento y respeto». No se olvida nunca del equipo de trabajadores del centro porque «œsin su buen hacer, profesionalidad e implicación no hubiera sido posible».

30 Aniversario del Centro Ignacio Claver

El centro Ignacio Claver es de esos lugares cargados de recuerdos, sonrisas, esfuerzos, alguna lágrima y sobre todo, cariño y trabajo. Eva Nogués relata orgullosa que «œes una satisfacción pertenecer a este gran equipo de profesionales. Los usuarios y familias me enseñan cada dí­a a ser mejor persona».

Estamos ya tachando dí­as del calendario para que llegue la celebración oficial del 30 aniversario, que tendrá lugar el 24 y 25 de octubre.
Se están preparando muchas actividades para que todos compartan con trabajadores, usuarios y familias las ganas por vivir y trabajar aquí­ ¡30 años más!


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