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Siete cosas que admiro de mi hermano con discapacidad intelectual

Nadie mejor que las personas que lo viven, saben lo que significa crecer con un hermano o hermana con discapacidad intelectual, con sus peculiaridades y complejidades. Pero también es cierto que todos reconocen que pasar por esta experiencia vital les ha proporcionado un aprendizaje único, crecer enormemente como personas, valorar más las cosas, ser más sensibles y comprensivos, y aprender a expresar sus sentimientos. Crecer con un hermano con necesidades especiales también influye positivamente en la dinámica familiar, en la potenciación de la autonomí­a y en la formación en valores de los hijos.

Cada etapa de la vida muestra sus peculiaridades. Durante la infancia, la visión inocente de un niño dulcifica por suerte las diferencias entre su hermano con discapacidad intelectual y el resto (a veces desearí­amos que se mantuviera por siempre este punto de vista»¦). Durante la adolescencia, la rebelión hormonal ayuda a potenciar los sentimientos de rabia, culpa o vergí¼enza, pero esa convivencia también influye en forjar la personalidad. Y durante la etapa adulta, cuando normalmente fallecen los padres, los hermanos tienen que afrontar el cuidado de las personas con discapacidad o la decisión de que una entidad se responsabilice de sus necesidades. Pero es, en definitiva, una relación de hermanos.

El grado y tipo de discapacidad, la diferencia de edad, el orden de nacimiento, el estilo de comunicación en la familia o incluso el género, condicionan la relación con un hermano o hermana con discapacidad. Según explican algunos expertos, las hermanas tienen más tendencia a adoptar el papel de cuidadoras, y los hermanos, de defensores.

Pero lo que todos los especialistas destacan es el gran papel que juegan los hermanos a la hora de promover la autonomí­a de las personas con discapacidad intelectual y el desarrollo de sus capacidades, siempre respetando además sus intereses y opiniones, dentro del contexto familiar. Su cercaní­a y el carecer de algunos miedos que puedan tener sus progenitores, hace que su función sea clave.

Desde Valentia hemos querido consultar con algunos hermanos de nuestros usuarios qué cosas admiran de sus hermanos o hermanas con discapacidad intelectual y qué han aprendido de ellos.

Siete cosas que he aprendido de mi hermano o hermana con discapacidad intelectual:

  • Su amor incondicional. Silvia Lasaosa es hermana de Mª Jesús, usuaria de nuestro Centro Manuel Artero desde hace 30 años. Ella destaca que admira el amor incondicional que expresa su hermana por su familia y por la gente que le quiere, sin pedir nunca nada a cambio. «œElla te demuestra su amor constantemente. Esa actitud consigue sacar lo mejor de ti», explica Silvia.
  • Su generosidad. Julieta Viñuales, hermana de Antonio, usuario de nuestra entidad destaca que «œno es nada egoí­sta, aprecia enormemente lo que tiene y no pide nada».
  • Su bondad innata. Mª Luz Escartí­n es hermana de Jaime y destaca que «œSomos cuatro hermanos y siempre hemos valorado que es un buenazo, se adapta a todo. Cuando a veces nosotros vemos un problema, él se adapta a todo». Julieta también admira «œque aunque se enfade, nunca tiene rencor ni le desea mal a nadie. Su capacidad de amor es inmensa. Y cuando sabe que alguien sufre, él también lo pasa mal. Son personas que dan mucho cariño».
  • Te hacen valorar más las cosas. Todos destacan haber aprendido, gracias a sus hermanos con discapacidad intelectual, a valorar más el dí­a a dí­a, la familia como pilar, la colaboración entre hermanos, los pequeños detalles del dí­a a dí­a»¦ Y por supuesto ser más sensibles con otras personas con discapacidad. «œGracias a lo que he vivido con mi hermana, veo con más normalidad los casos de discapacidad y soy una persona más abierta», explica Silvia. «œMe ha hecho ser más sensible y a ver las cosas distintas», destaca Mª Luz. Todos señalan que han aprendido a tener más paciencia y empatí­a.
  • Vivir con alegrí­a y positividad. Los familiares también coinciden en destacar que contagian su alegrí­a y positividad. «œNo se preocupan tanto por las cosas, no les conceden tanta importancia y viven más el dí­a a dí­a. Por eso disfrutan más de los momentos», dice Julieta. «œRecuerdo que mi hermano de pequeño se acostaba y levantaba cantando, feliz».
  • Su capacidad de superación. Muchos hermanos destacan el esfuerzo extra que son capaces de realizar las personas con discapacidad intelectual, conociendo sus limitaciones y dificultades. Cuando son niños, ante diferentes obstáculos de aprendizaje y relación con los demás, y cuando son adultos, en alcanzar sus sueños, en sus labores del dí­a a dí­a, en su autonomí­a y, si se da la circunstancia, en su ocupación laboral.
  • Su asertividad para expresar los sentimientos. No les cuesta decir lo que sienten. «œAunque Antonio no es muy hablador, enseguida te dice que te quiere, no tiene reparo en expresarlo», cuenta Julieta. «œAdmiro su sensibilidad», señala también Silvia.

¿Tienes un hermano con discapacidad intelectual? ¿Qué admiras de él? ¿Qué has aprendido a su lado?


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3 comentarios en “Siete cosas que admiro de mi hermano con discapacidad intelectual

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