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La arteterapia en el ámbito de la discapacidad

El arte es expresión, belleza, placer. Pero, además, juega un papel importante en el desarrollo de capacidades. Y, lo que resulta más novedoso, ayuda a generar neuronas en nuestro cerebro. Lo aprendemos junto a la profesora de la Universidad de Zaragoza Ana Marí­a Moreno, psicoterapeuta y coordinadora de un proyecto de innovación docente sobre creatividad y arteterapia con el que colabora Valentia.

La exposición «Pensar en colores: Una realidad en los ámbitos educativos, sanitarios y sociales« es una de las primeras actividades realizadas en el marco de este proyecto universitario. En ella, se incluye una selección de trabajos realizados en el Taller de Arte de Valentia. Junto a estas obras, se da a conocer el proyecto que dirige desde hace años, en el Centro Manuel Artero de la entidad, el artista Eduardo Cajal.

Conversamos con la profesora Moreno, docente de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca, sobre el uso del arte y la creatividad como herramientas terapéuticas en el ámbito de la discapacidad.

¿Cuáles son los beneficios de la arteterapia?

Favorece la comunicación y la expresión y proporciona, además, un sentimiento de placer. Por otro lado, hay abierta una interesante ví­a de investigación sobre sus beneficios en el campo de las neurociencias. Según diversos estudios, las actividades creativas mejoran la función cerebral. En concreto, favorecen la generación de nuevas conexiones en el cerebro. E incluso, aunque esta parte está menos estudiada, contribuyen a la creación de nuevas neuronas. Hasta hace no tanto, pensábamos que nací­amos con un número determinado de neuronas y que este iba reduciéndose con el paso del tiempo. Ahora, sabemos que es posible que nazcan nuevas. Es un campo muy interesante.

Además, la creatividad es una actividad fácil de implantar en cualquier institución y nos parece muy positivo que una entidad apueste por ella. Es bastante económica porque se puede realizar en grupo y es placentera para todas las personas implicadas.

¿Cómo ayuda, en concreto, a las personas con discapacidad?

Con la arteterapia, pueden desarrollar la memoria a corto, medio y largo plazo, la psicomotricidad gruesa y fina, la atención, la concentración, la capacidad de organizar el tiempo y el espacio, el esfuerzo. También es muy interesante que puedan compartir la actividad con compañeros e incluso, realizar una obra con ellos. A veces, en los grupos, uno tiene mucha gracia para dibujar y otro para pintar y surgen colaboraciones espontáneas. En los grupos nunca hay conflictos y si los hay, se resuelven. El hecho de ser una actividad que ayude a integrar cuerpo, emociones y mente es también muy importante. Estamos todos muy disociados«¦

¿Cómo debe ser un proyecto basado en esta estrategia?

Un proyecto de arteterapia no es algo predefinido. En primer lugar, es importante hacer una entrevista a los participantes. Valoramos su edad, el tiempo que podemos estar trabajando con ellos, el lugar en el que se realiza la actividad. A partir de ahí­, diseñamos un trabajo que pueda convenir a estas personas en su contexto y para la edad que tienen, acorde a sus capacidades y recursos. Se escribe una memoria con los objetivos, la metodologí­a»¦ A esto es a lo que llamarí­amos un proyecto.

La modalidad artí­stica se elige, también, en función de las caracterí­sticas de estas personas. De nada sirve plantearles un trabajo de pintura o collage, por ejemplo, si no tienen ninguna motivación para este tipo de actividad. En la entrevista individual con cada uno, vemos cuáles son sus intereses y luego, podemos hacer un grupo con las personas que tienen motivaciones comunes. A veces, introducimos en los grupos a participantes que no saben qué les apetece y quieren probar si la actividad les interesa. Siempre tiene que haber una elección por parte del participante en el taller del trabajo que se haga.

Los materiales tienen que ver, igualmente, con los intereses. También es verdad que a veces se empieza con materiales más fáciles como collage o elementos de la naturaleza porque partes de un material ya hecho. Y luego, se va experimentando con otras técnicas mas difí­ciles.

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de aplicar esta herramienta en el ámbito de la discapacidad?

No pensamos que hay una forma única de trabajar en la discapacidad. Todas las personas somos diferentes y eso también ocurre en el ámbito de la discapacidad, que incluye a personas muy diferentes. Por lo tanto, lo que hay que tener en cuenta es la realidad de cada persona. El trabajo se adapta a su momento evolutivo. No es lo mismo un niño que un adolescente o un adulto. Y una persona con discapacidad de 40 años es un adulto, no hay que infantilizarlos.

Luego, en función de las capacidades y dificultades de cada persona, implementamos un proyecto que sea adecuado para ellos. Por ejemplo, en autismo trabajaremos de forma muy distinta si hablamos de personas con o sin lenguaje. Igual pasarí­a con personas con sí­ndrome de Down u otro tipo de discapacidad. Todos son diferentes.

Y a veces, formamos grupos pensando en que las caracterí­sticas de los participantes pueden funcionar conjuntamente y se pueden ayudar. También trabajamos con grupos en los que participan personas con y sin discapacidad. Y en las obras de estos grupos no se aprecia si el autor tiene o no discapacidad. Hay personas con discapacidad y muchos recursos a nivel artí­stico, igual que hay personas sin discapacidad con muchas dificultades a nivel creativo. Y viceversa.

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Exposición «Pensar en colores»

La muestra puede visitarse en distintas salas del Hospital Provincial y del Hospital San Jorge, en Huesca, hasta el 20 de marzo. Recoge trabajos elaborados por estudiantes y profesionales, junto a las obras que realizan usuarios de entidades con una larga trayectoria en el uso de la arteterapia.


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