Valentia se suma al Dí­a Internacional de las Familias

Hay una por cada tipo de persona. Y no hay dos iguales. Pero todas tienen en común una cosa: como la nuestra, ninguna. En el Dí­a Internacional de las Familias, Valentia pone la mirada sobre la resiliencia de las familias, el soporte que suponen en situaciones de crisis mundiales, sociales y económicas, y en los recursos y polí­ticas sociales que éstas necesitan para seguir protegiendo a las personas vulnerables.

«œLas familias han sido y siguen siendo el pilar sobre el que se construyó Valentia», explica Alex Cebollero, responsable de Valentia Social. «œSu empuje, su capacidad de hacer frente a las dificultades y el convencimiento de que unidos llegamos más lejos sigue inspirando el dí­a a dí­a de nuestra entidad».

«œEn este Dí­a Internacional de las Familias pedimos que se valore, refuerce y apoye la labor que diariamente realizan todas las familias que conforman nuestra entidad y nos sumamos al manifiesto elaborado junto al grupo de Familias de Cadis Huesca« explica.

Por eso, este mes de mayo, Valentia se suma a la celebración del Dí­a Internacional de las Familias junto a Cadis Huesca para reivindicar y poner en valor la importancia de la familia como base de nuestra sociedad y resaltar el papel que ejerce como cuidadora en situaciones de discapacidad y/o dependencia.

Valentia, una verdadera familia para las familias

En este mayo inédito, las familias y la manera en la que las personas con discapacidad intelectual se relacionan con ellas cobran una nueva dimensión.

Algunas familias se han enfrentado a las tensiones del confinamiento; otras, lo han hecho en la distancia, pero Valentia, sus profesionales, sus compañeros»¦ siempre han estado ahí­.

«œLos centros han estado en permanente contacto con las familias durante el confinamiento. Les han mandado ví­deos, fotos y han podido contactar a través de videoconferencia», aseguran desde Valentia.

«œSiempre hemos participado en todas las actividades del Centro Reina Sofí­a en el que vive Juan», explica su madre Vicky. «œY ahora que no podemos encontrarnos fí­sicamente, lo hacemos a través del teléfono o de las videollamadas. Sabemos que Juan está bien porque desde el centro nos enví­an información constante. Es una tranquilidad enorme, ¿qué más se puede pedir?», añade.

Un contacto que ha sido recí­proco. Porque los usuarios que se han trasladado a sus domicilios familiares a pasar el confinamiento no olvidan esa otra familia que consideran su hogar: sus compañeros, los profesionales que ayudan a su cuidado, los monitores»¦

«œNerea añora muchí­simo el Centro Joaquí­n Costa en el que vive desde hace casi cuatro años», explica Loli, su madre. «œEstos dí­as ha vuelto a vivir con nosotros y estamos disfrutando mucho de este tiempo en familia. Pero ella llama todos los dí­as al centro. Quiere saber qué hacen, hablar con sus cuidadores, preguntar por sus compañeros»¦ Para ella, la familia somos todos».

Algo parecido le sucede a Patricia, que está en casa con sus padres pero no olvida ni un solo dí­a a su familia del Centro Manuel Artero. «œHablamos con las trabajadoras del centro todas las semanas y las tenemos más que presentes. ¡Hasta hemos logrado que todo el pueblo colabore para enviar mascarillas!», explica íngela, su madre.

Así­ que, hoy, las felicitaciones serán tan numerosas como lo es la familia Valentia: una unión que supera los lazos de sangre.


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